La firma electrónica, ¿aliado del sector jurídico?

Antes de hablar de la importancia de la firma electrónica en cualquier sector, especialmente en el jurídico, debemos explicar brevemente lo que es una firma electrónica y cuáles son sus características así como sus niveles de confianza y seguridad.


¿Qué es una firma electrónica?

Cuando se firman datos, el firmante indica la aceptación de unas condiciones generales y unas condiciones particulares de manera explícita o implícita. En concreto la firma electrónica de datos, es la firma realizada con medíos electrónicos, por ejemplo, con dispositivos de captura del grafo de la firma manuscrita, dispositivos de captura de voz para poder grabar al firmante aceptando un contrato e incluso con otro tipo de dispositivos que capturen parámetros propios de un firmante como puede ser una foto de su cara, iris del ojo, huella dactilar, etc.

 

¿Qué tipos de firma electrónica existen?

Dentro de la definición de firma electrónica, podemos distinguir tres clases:

  • Firma electrónica Simple: Consiste en la inclusión de datos propios del firmante junto a los datos a firmar, por ejemplo, incluir una imagen de una firma en un documento o anexar una grabación de la voz del firmante a los datos a firmar, se usará para procesos con necesidades de seguridad bajos.
    • Permite identificar al firmante: Se puede usar su grafo de firma, su voz, etc. Pero en este caso, no podremos asegurar que la imagen de la firma o la grabación estén unívocamente relacionados con los datos firmados.
  • Firma electrónica avanzada: Cumple con los niveles de seguridad de la firma electrónica simple pero debe aumentarlos haciendo uso de las siguientes características:
    • Los datos del firmante se recogieron únicamente para la firma de los datos a firmar: Los datos recogidos con los dispositivos electrónicos no podrán usarse en otros procesos de firma.
    • Los datos deben provenir del firmante directamente: Los datos serán obtenidos en el momento de la firma y nunca desde sistemas de almacenamiento o terceros.
    • Garantizar la integridad de los datos firmados, es decir, en caso de modificación permitir su detección. Esto se hace mediante el uso de certificados digitales para realizar la firma o hacer uso de un sellado de tiempo aumentará la confianza en esta firma
  • Firma electrónica reconocida o cualificada: Cumplirá con los requisitos de la firma electrónica avanzada, pero además:
    • Los certificados usados para la firma digital deben ser creados por una autoridad de certificación reconocida, los certificados se generarán con un proceso de identificación previo del firmante.

Validez jurídica de la firma electrónica

Para que un contrato tenga validez jurídica, salvo en aquellos casos en que la ley requiere de determinada formalidad (por ejemplo, que deban constar en escritura pública), basta la manifestación del consentimiento de las partes contratantes, manifestación que se puede expresar, entre otros, electrónicamente. Los contratos firmados por vía electrónica producirán todos los efectos que se derivan de la firma por escrito previstos por el ordenamiento jurídico siendo este soporte admisible en juicio como prueba documental.

Respecto de los documentos electrónicos privados en los que se hubiese utilizado un servicio de confianza no cualificado, cuando se dude de su autenticidad, integridad, precisión de fecha y hora u otras características del documento electrónico, el que lo presente puede pedir su inspección pericial o proponer cualquier otro medio de prueba que resulte útil y pertinente. En caso de impugnarse la autenticidad, la prueba corresponde a quién lo aporta. Por el contrario, si se ha usado un servicio de confianza cualificado, será este proveedor de servicios el encargado de validar la autenticidad del documento y su firma.

Por lo tanto, los documentos y firma electrónica tienen todos valor y eficacia jurídica, como los manuscritos, pero el grado de robustez jurídica depende de la capacidad de para su validación en caso de impugnación.

Con la firma electrónica reconocida o cualificada se obtiene un grado mucho mayor que con la simple o con una firma manuscrita con boli y papel. Pero la elección del tipo de firma depende lógicamente de las necesidades internas de cada compañía porque su implementación, según el tipo que sea, varía en coste y complicación. Lo habitual es que la firma simple se use para transacciones de escaso valor o riesgo y la cualificada para aquellas que requieren el mayor grado de seguridad.


 

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